28.11.11

De marcas y mercados

Berto se hace eco en esta entrada de su blog de lo ocurrido con el programa La Noria de Tele 5 y de la reacción de sus anunciantes. Ese fue un asunto promovido desde el blog de Pablo Herreros, que consistió en pedir firmas para enviarlas a los anunciantes que patrocinaban ese programa.

El resultado fue espectacular: más de 29.000 firmas han conseguido que se retiren anunciantes como: Campofrío, Puleva, Bayer, Nestlé, Panrico, Milner, Banco Sabadell, La Razón, Reale Seguros, L’Oreal, Loterías y Apuestas del Estado, Ausonia, El Corte Inglés, Decathon, Chevrolet, Audi, Bimbo, y algunos más.

Uno de los espacios emblema de la telebasura podría haber quedado sentenciado a muerte debido a la retirada de las marcas que se anunciaban en las pausas de ese programa. Es obvio que las marcas han obtenido un plus de propaganda, dado que ahora son citadas de forma gratuíta, como en este mismo artículo, por ejemplo. Sin embargo, insinúo que las marcas, pese a haber actuado en el bando de los firmantes, han sentado un precedente de consecuencias insospechadas.


Ha quedado claro que las marcas pueden decidir qué programas televisivos van a ser patrocinados o no, cúales van a seguir en antena y cuales caerán. Eso es lo que han señalado con su actuación en base a las firmas conseguidas y ante el que no deja de ser un público agradecido para con ellas.

Lo que quiero señalar es que público somos a ratos, votantes cada cuatro años, pero consumidores lo somos a diario. Si en vez de enviar firmas, directamente dejáramos de comprar determinadas marcas que financian tal o cual programa televisivo, tal o cual campaña política, tal o cual actuación medioambiental, no obtendríamos que las marcas se pudieran marcar un detallito, conseguiríamos mayor poder incluso que en ese gesto vano que son las elecciones actuales.

Las marcas, aunque se han embarcado en un gesto populista, han señalado un camino mucho más allá del que pretendían. Como público nos hemos unido recogiendo firmas. Si como consumidores lo supieramos aprovechar podríamos obtener más poder que el que podemos obtener como votantes en este sistema actual regido en realidad por la dictadura de los mercados. No necesitaríamos recoger firmas, ni depender de cómo decidan posicionarse las marcas, haríamos política directa desde el olimpo de los mercados: el supermercado, o desde su nueva catedral: el Centro Comercial.

Lo que hacen 'los mercados' respecto a lo griego: "Llevarse más por menos", o sea, privatizar.

Es cierto que podría hablar del poder primero y absoluto que como trabajadores podríamos obtener. Pero ese es sólo un sueño. Porque mientras sigamos compitiendo entre nosotros por un puesto de trabajo, seguiremos divididos y participando en un juego donde sólo pierde un bando.

Hoy me quedo aquí, satisfecho por las firmas, doblemente agradecido a las marcas, mínimamente esperanzado con los consumidores. Porque, mientras no haya monopolio y exista competencia, a la dictadura de los mercados la alimenta nuestro bolsillo ... sueñen los que puedan y siga durmiendo el resto. Buenas noches a todos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lamento aguarnos la fiesta pero hoy venía en todos los periódicos que la Noria ya ha recuperado 10 anunciantes :-(

uǝzɐɟos dijo...

No es importante que haya nuevos anunciantes. De hecho, deberían volver rápidamente los que se fueron para tapar lo que enseñaron.

Lo importante es que hemos visto que los anunciantes se mueven por interés y que con ello podemos cambiar programas de la tele, acciones en el medio ambiente o valores sociales.

Los anunciantes financian esos asuntos pero somos nosotros como consumidores los que aportamos el dinero a los financiadores. Es así de directo, sin plebiscitos, ni gobiernos.

Si tomamos conciencia y seleccionamos qué y a quién compramos no necesitaremos intermediarios que acepten nuestros ruegos a partir de firmas.

Y tomar esa conciencia no es ya un lujo, es una responsabilidad.

Anónimo dijo...

Excelente si no fuesemos unos irresponsables rematados